Imagina que te lleva de la mano alguien en quien confías, alguien que sabes que no te fallaría nunca. Él o ella te ha tapado los ojos, por lo que no ves por dónde caminas; tan sólo te ha dicho: -Fíate de mí. No dudarías en coger su mano y seguirle ¿verdad? Estoy convencida de que hasta recorrerías el camino con una sonrisa en la cara.
Y ahora piensa que vas de la mano de esa misma persona pero sin los ojos vendados, y te das cuenta que estás al lado de un barranco, donde el más mínimo error de cualquiera acabaría demasiado mal… ¿Optarías por quedarte donde estás y no coger su mano para seguir andando?
Cuando el amor es ciego la confianza abre los ojos para guiarle.
Bonita entrada!! cómo todas 😉
gracias 🙂 aunque no sé quién eres 😦 no has puesto nombre
Simplemente precioso y nada más real…-
Muchas gracias! La realidad a veces es cruda…